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Mujeres retratadas de perfil

Por Sofía Miragaya  

(Tomado de Caimán Barbudo)

No solemos imaginar a una periodista como una persona retraída, que no destaca en una foto colectiva ni habla con la misma elocuencia de los locutores radiales. En ocasiones, imaginamos incluso que siempre llegan pisando fuerte, para segundos después estirar el micrófono o la grabadora y lanzar preguntas sin descanso.
¿Qué sucede, entonces, cuando una joven periodista prefiere observar? ¿Cuándo piensa que es mejor ser un cuadro en la pared que absorbe toda la luz a su alrededor y luego devuelve los peculiares colores en un libro titulado «La libertad es una mujer» (Casa Editora Abril, 2024)? 
Dailene Dovale de la Cruz no fue la primera en descubrir que había otra forma de buscar historias, no más calmada por íntima. Ella podría enumerar a las mujeres, la bielorrusa Svetlana Alexievich o la argentina Leila Guerreiro, que la han precedido en el ejercicio de velar los gestos ajenos y buscar entre mil palabras el dato, la emoción justa.
La profesora de la Facultad de Comunicación y editora de El Caimán Barbudo ha entrado sigilosa durante cuatro años en el torbellino de las vidas de mujeres cubanas. En medio del caos de las guaguas y las entrevistas que se suceden como los días, Dailene detiene entre sus manos un cabello gris de la etnóloga Natalia Bolívar o aquella frase tan excéntrica donde alguien recomendó vender churros antes que escribir poesía a quien hoy es una besteller internacional, Elaine Vilar Madruga. 
Si algo de especial posee el periodismo narrativo o literario es su capacidad de envejecer con gracia. Dos de los perfiles más queridos de Dailene Dovale, aquellos que encabezan el libro, pretenden revelar fragmentos de la historia cubana a partir de negativos olvidados en cuartos oscuros.
«La noche de la vida» recoge a través de fuentes documentales y testimonios directos los últimos años de Haydée Santamaría, marcados por un accidente automovilístico y, finalmente, el suicidio.
«En los diferentes niveles de enseñanza Haydée es la hermana de Abel, la que fue al Moncada, la que no claudicó ante la presión de la tortura hacia su hermano. Se repiten las frases y el relato una y otra vez», escribe Dailene en su búsqueda de romper el mármol que rodea a las heroínas. El recuerdo de quienes extrañan a una madre adoptiva, a una compañera o a una amiga humaniza en este texto a la asaltante del Moncada y a la fundadora de Casa de Las Américas. El duelo y la tristeza son armas colectivas.
En el perfil «Natalia Bolívar: Sabiduría de bruja» reconocemos a un personaje controvertido para su época. Natalia es a la vez culta en idiomas, de clase social alta, perteneciente al Directorio Revolucionario, clandestina, trabajadora del cementerio, administradora de una fábrica de blúmeres, traductora, autora de Los orishas en Cuba; renegada y alabada mil veces en este perfil semejante a su vida.
Además de interesarse por la historia, Dailene Dovale también comienza a juntar en «La libertad es una mujer» el rompecabezas de la literatura contemporánea cubana. Giselle Lucía la espera en el semáforo de 23 y G, Dazra Novak le ofrece el primer café de esa mañana, Claudia Alejandra Damiani es una aventura en tiempos de pandemia que responde su llamada y Elaine Vilar Madruga le previene que ella habla como una cotorra.

Más que referenciar libros o hablar de este o tal estilo literario, las mujeres trazan para Didí (alter ego de la periodista) la ruta de sus vidas pasadas, cómo llegan a la escritura y también, pese a todo, como nunca la han dejado de lado, sus manías y sueños, hasta el color, carmelita o verde azulado, con que perciben el mundo. 
Por las jovencitas de más de ochenta años, recordará los azares del oficio la más reciente Premio Nacional de Literatura, María Elena Llana, y brotará para reclamar la literatura hecha por mujeres desde el poco amable oficio de la crítica literaria, Zaida Capote Cruz, cubanas activistas de otros siglos harán congresos y fundarán revistas mientras envidian el tiempo que la joven periodista utilizó para rescatar sus historias.
«Anhelo recopilar un librito de entrevistas y perfiles a escritores. Ya he hecho varias, intento no repetirme…, tienes que desafiar tus propios prejuicios, tus propias ideas sobre una persona, desafiar todo lo que sabías y creías sobre esa persona, para acercarte un poco a esa realidad», confesó la periodista a Jorge Suñol en el 2020.
Poco sabía Dailene Dovale que varios premios de periodismo cultural Rubén Martínez Villena después, Zaida Capote lanzaría una frase que bien pudiera presentar en esta recién iniciada feria su primer libro:
«Desde el feminismo nos toca rescatar las voces de esas mujeres. Legados de aquellas que vivieron antes que nosotras y pensaron la sociedad del mismo modo en que lo hicieron otras feministas después. Recuerdo a Camila Henríquez Ureña…, decía que las mujeres se veían con relación al padre, al esposo, al hijo, y que debíamos ser por nosotras mismas».

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