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El encanto por la lectura, por los libros y revistas llega, muchas veces, en la infancia. Descubrir, desde edades tempranas, la magia que envuelve a un personaje, vibrar con una historia, reír con una caricatura o disfrutar una historieta son recuerdos y vivencias que no se apartan de la memoria. Nos quedan para toda la vida.
La Casa Editora Abril ha tenido el privilegio de alojarse en el corazón y la memoria colectiva de varias generaciones. Tener a la mano un Zunzún o una Revista Pionero, leer sobre temas de sexualidad en Somos Jóvenes, buscar los reportajes candentes en Alma Mater, coleccionar Juventud Técnica y culturizarse con El Caimán Barbudo siempre fueron consumos de muchos públicos fieles a las propuestas de la Casa Editora Abril.
Los libros que se publicaron en el sello también marcaron cohortes. ¿Quién no enamoró a más de una chica con nuestro exitoso Diablo Ilustrado? ¿Quién no supo de Chamaquili, Elpidio Valdés, El Capitán Plin? Han sido tantos los títulos, los autores… Abril ha sido una industria de sueños y realizaciones para los lectores.
Justamente a los amantes de las letras, a quienes nos han seguido fielmente en estos 45 años, va dedicada nuestra celebración. El slogan que nos acompaña es “Crecer con Abril”, porque todos hemos crecido a la sombra de la buena literatura y el buen periodismo que se produce en esta casa de papel y sin fronteras, como se dice en nuestra canción.
La Casa Editora Abril llega a este 45 aniversario el próximo 1 de julio con la convicción de haber sido útil y de haber conquistado un espacio cimero en el legado cultural de la Patria, pero con el ímpetu de seguir en busca de nuevos públicos, formatos y narrativas, de innovar y contar mucho mejor; con la misión de defender al libro como un verdadero aporte a la humanidad y con el deseo de seguir sembrando en las niñas, niños, adolescentes y jóvenes el amor por Cuba