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«Quería una obra interactiva, un texto donde destruyeras algunas barreras presentes en el teatro. Imaginé convertirte en actuante y, a los actores, en espectadoras de quienes vienen a juzgar… Eso puede resultar peligroso, pero prefiero asumir lo que sugiere la obra: ´´Todos somos actores, todos somos espectadores¨», contaba hace unos meses el dramaturgo Juan Edilberto Sosa Torres a Francis Viñals Iglesias para el portal de la AHS.
Una vez presentado su libro merecedor del Premio Calendario de Teatro 2023 en la Feria Internacional del Libro de La Habana, podemos afirmar que es una obra en extremo experimental. Incluso, antes de comenzar las escenas, el autor hace algunos apuntes para «un montaje splatter (o gore)». Las películas splatter o gore o, en este caso, el teatro, son aquellas en que predominan las muertes y la violencia explícita.
Las recomendaciones de Juan Edilberto para el montaje incluyen que la obra solo sea representada para quienes cumplirán el doble rol de actor-público, encargados de ajustar el escenario y estar en constante movimiento. El ambiente deberá ser frío y las luces, tenues. En una pantalla se proyectará la película Halloween del director de cine John Carpenter sobre un asesino en serie.
Toda la obra se produce en la misma corriente sombría. El teatro experimental nunca ha sido para todo el mundo y, con la adición del elemento gore, es probable que se vuelve más selectivo aún.
Pero quienes lo disfrutan, se encontrarán al leer las páginas del libro sobre un escenario con maniquíes desmembrados y una actriz que representa el cadáver de una madre que a veces cobra vida al gritar. Ella quiere que el hijo cese en sus asesinatos morbosos y regrese a la superficie con sus orquídeas. La relación entre ambos impulsa la trama.
«Hay tanta belleza en los cadáveres
que parece que van a empezar la vida otra vez/
yo estoy obsesionado con esa belleza/
la figura de una mujer despojada de sus pecados de sus costumbres mezquinas de sus posesiones una mujer en estado de gracia
con la ingenuidad como bandera
es excitante».
Juan Edilberto Sosa Torres es un dramaturgo santiaguero, licenciado en Estudios Socioculturales por la Universidad de Oriente, presidente de la filial de la AHS en Santiago de Cuba y director del Grupo de Experimentación Escénica La Caja Negra. Entre sus publicaciones anteriores se encuentran «El puente amarillo» (2016) y un libro escrito como un poema y que es, a la par, un monólogo de teatro, «El crematorio» (Ediciones La Luz, 2018).
Aunque, como ya ha expresado el propio Juan Edilberto, la construcción de la escena es su principal objetivo en este nuevo texto, en los diálogos se tocan temas como la sicopatía, el absurdo, la soledad, la violencia y la percepción de la belleza. Cuando el mundo exterior es hostil, un joven lo reproduce en su infierno personalizado.
«Aquí me escondía de «los otros» aquellos muchachos que orinaban el pan y luego me obligaban a comérmelo/
aquí me escondía de las orquídeas de mi madre tan hermosas y tan horribles a la vez tan parecidas al desequilibrio», se convence una y otra vez a sí mismo el asesino.